Cristina y la prensa

Por Rubén Villanueva

En lo últimos meses Cristina Fernández de Kirchner acusó a la prensa de no comunicar a los argentinos que la Argentina mejora y cuestionó la cobertura de los medios al conflicto con el campo. La prensa critíca las acusaciones del Gobierno y se instaló el debate.

“Parece ser que hay una prohibición decretada desde algún lugar de que comunicar a los argentinos que las cosas nos van mejor o que también pasan cosas buenas en la Argentina, fuera algo que está demás o molesta; esto no significa que los medios deban describir paraísos porque los paraísos no existen en la Tierra”, disparó contra el periodismo Cristina Fernández de Kirchner, el pasado 4 de abril de 2008, durante un acto en Casa de Gobierno donde firmó el acta de inicio de obras Soluciones Habitacionales para la provincia de Buenos Aires.

El Gobierno y los medios de comunicación mantienen, en los últimos días, una relación tirante. Desde la presidencia se acusa a la prensa de distorsionar la información y se comenzó a gestionar la profundización del Observatorio de la Discriminación en los medios de comunicación y la modificación de la Ley de Radiodifusión 22.285.
El periodista y director de la página web www.periodicotribuna.com.ar, Christian Sanz, opina: “la relación de los Kirchner con los medios es de cooptación. Al que transa no lo joroban, al que no, lo persiguen. A nosotros nos presiona fuertemente el gobierno y nos acusa de conspiradores, algo insólito”.
La periodista de la revista Noticias, Ana Clara Pérez Cotten, considera: “la Presidenta cuestiona al periodismo porque sabe de la importancia que puede tener el titular de un diario y porque claramente no está de acuerdo en lo que se publica. De todas formas, hay cierto estilo K que tiende a prestarle demasiada atención a lo que sucede en los medios, como una voluntad de controlar el tema. Y esta modalidad ya estaba presente en la administración de Néstor Kirchner. Creo que confronta con el periodismo porque es mucho más fácil que confrontar con los grupos de intereses. Es, de alguna manera, una forma de correr la mira a otros temas. Además, hay cierta voluntad de imponer la agenda política en los medios y para eso, nada mejor que poner a los medios en la agenda”.

ANTES DE LAS ELECCIONES

Durante la campaña electoral a Presidente de la Nación, Cristina Fernández de Kirchner, no concedió entrevistas ni conferencias de prensa a medios locales. En cambio, en una gira internacional que realizó en ese período, fue entrevistada por la revista estadounidense “TIME”, quien desplegó un extensa y elogiosa nota que fue tapa del semanario. En su paso por España participó del programa “Cara a Cara” de la cadena CNN Plus. Desde ese momento se podía percibir la distancia de la futura Presidenta con los medios locales.
Fernando Paolella, periodista independiente, analiza: “la relación entre el gobierno y el periodismo siempre ha sido difícil, pues desde el inicio de su gestión Néstor Kirchner buscó cooptar a los principales medios de comunicación para que sean meros apéndices de su gestión, propalando buenas noticias. Es una continuación de lo ocurrido cuando era gobernador santacruceño, siempre pendiente de lo que saliera en primera plana, se comentara en las emisiones televisivas o en las radiales. Desconfió siempre del poder real de los mismos, y a veces lo agrandaba exageradamente. Durante su mandato, existió un suceso netamente anormal sólo ocurrido acá, que radicaba en los análisis dominicales de los dos principales matutinos, Clarín y La Nación. En ambos, tanto Eduardo van der Kooy como Joaquín Morales Solá basaban sus notas en sendas charlas semanales con él, tanto en la Casa Rosada como en Olivos.
Esta anormalidad, que debería constituir una aberración en cualquier país, fue vista como habitual y definió el modus operandi que continúa hasta hoy, crisis con el campo mediante. Sobre todo ahora, que cada vez que las papas queman y las cosas parecen salirse de causa, su sucesora Cristina le echa la culpa de todo al periodismo, sobre todo al escasamente independiente que sobrevive”.

LA RELACION ACTUAL

Hoy se instaló una confrontación con el periodismo, especialmente con Clarín. La relación se quebró cuando el Gobierno cuestionó la cobertura que le dieron los medios al conflicto que mantiene con el sector agrario y en un discurso en Plaza de Mayo la Presidenta, calificó un dibujo de Hermenegildo Sábat, publicado por Clarín, como “un mensaje cuasimafioso”.
Para el periodista del diario Perfil, Esteban Bekerman, la relación actual con el gobierno: “es una relación lógicamente tirante, porque los medios responden a intereses empresarios muchas veces en pugna con los del Gobierno. Además, existe una marcada intolerancia por parte de las autoridades estatales respecto de cualquier comentario crítico o negativo que se haga sobre su gestión, e incluso sobre la simple difusión de noticias que muestren alguna flaqueza o acto de corrupción dentro de la estructura gubernamental”.
La agrupación Juventud Peronista y La Cámpora, vinculada con el hijo mayor de la Presidenta Máximo Kirchner, también tomó postura en el enfrentamiento que mantiene el Gobierno con los medios y en un acto donde se presentó la mandataria en la localidad de Bernal, desplegó carteles con la leyenda “Clarín miente” y otros que decían “TN, Todo Negativo” refiriéndose al canal Todo Noticias.
El periodista y locutor nacional, Pablo Docimo, señala que para él la relación actual que mantiene Cristina con el periodismo es “pésima” y fulmina diciendo: “es la peor después de la dictadura, es la relación propia de un gobierno dictatorial”.
La discusión está planteada y puede ser infinita entre el periodismo y el Gobierno.Por un lado la prensa se defiende y exige que se cumpla con la libertad de expresión. Por el otro, el Gobierno reclama la forma que tienen los medios de comunicación de tratar la información.